Las últimas tendencias de consumo e innovaciones en el sector vinícola estadounidense

El mercado estadounidense del vino es uno de los mayores y más dinámicos del mundo, y evoluciona rápidamente como consecuencia de nuevos patrones de consumo y estrategias de marketing innovadoras.
Para los profesionales del sector vitivinícola, comprender estas tendencias del vino en Estados Unidos es esencial para identificar oportunidades de exportación y adaptar su oferta en función de los hábitos de consumo y las nuevas normativas.
Tipos de vino populares en Estados Unidos y tendencias de consumo
Los hábitos de consumo de vino en Estados Unidos están experimentando una serie de cambios. Hace unos años, los tintos de gran cuerpo dominaban las ventas, pero ahora hay una creciente moda de vinos más ligeros (blancos, rosados, espumosos) y vinos más limpios (orgánicos, naturales, bajos en alcohol).
Los vinos blancos destronan a los tintos
Durante varios años, los vinos tintos estructurados (a menudo amaderados y tánicos) han sido la elección número 1 de los consumidores estadounidenses. Ahora la tendencia se invierte con la llegada de los vinos blancos, que poco a poco van ganando terreno hasta el punto de superar a los tintos en cuota de mercado.
Es más, según los datos proporcionados por NielsenIQ, en las 52 semanas hasta mayo de 2023, los blancos representaron el 48,5% del volumen de vino tranquilo vendido en Estados Unidos, frente al 45,1% de los tintos. Una pequeña brecha que empieza a ampliarse poco a poco: un año después, la cuota de los blancos ha subido a cerca del 49,2%, ¡y en los últimos meses esta cuota ha superado incluso la barrera del 50%!
Pero, ¿por qué son tan populares los vinos blancos? Los consumidores son cada vez más jóvenes. Y entre los jóvenes se buscan vinos de perfil fresco, acidez viva y aromas afrutados, en detrimento de los pesados taninos de los tintos clásicos, más apreciados por los consumidores de más edad.
Además, la calidad de los vinos blancos de gama media se considera más fiable que la de algunos tintos de gama similar, que decepcionan más a menudo. En este sentido, los vinos blancos ofrecen una buena relación calidad-precio entre 10 y 20 dólares, mientras que un vino tinto de este rango de precios rara vez resulta agradable de beber.
El auge de los vinos rosados y espumosos
Los vinos blancos no son los únicos que triunfan en Estados Unidos. De hecho, el atractivo de los vinos rosados y espumosos crece año tras año. Los rosados experimentaron un auténtico «boom» a partir del año 2010, poniéndose muy de moda durante el verano y como aperitivo.
Inicialmente menos bien acogidos que los vinos blancos o tintos, los rosados se han convertido en un must-have, apreciados por su frescura y su imagen convivial: un vino agradable de disfrutar sin tener necesariamente que maridarlo con un plato; sencillo. Hoy en día, el rosado forma parte de los hábitos de consumo de los consumidores de entre 20 y 40 años.
Además, los vinos espumosos (champán y otras burbujas) siguen siendo tan populares o más que antes. Las bebidas espumosas, reservadas durante mucho tiempo a las celebraciones, forman ahora parte de la vida cotidiana, como demuestra el éxito explosivo del Prosecco italiano en el mercado estadounidense. El Prosecco ha conquistado a un amplio público por su imagen festiva y su precio más asequible que el champán. Los vinos espumosos son consumidos habitualmente por las clases sociales acomodadas en eventos, brunches, etc.
A diferencia del Prosecco, el champán, que se posiciona como producto de gama alta, se enfrenta a algunas dificultades recientes en el mercado estadounidense, sobre todo una ralentización del volumen debido a los altos precios y a la creciente competencia de otras bebidas burbujeantes. Además, muchos champanes se exportan a EE.UU. desde países europeos (como Francia), y es probable que los aranceles aduaneros actuales tengan un impacto importante en el consumo de ciertos vinos en Norteamérica.
Vinos naturales, ecológicos y alternativas más responsables
Por un lado, la preocupación por la salud y el medio ambiente influye cada vez más en las decisiones de los consumidores de vino estadounidenses (aunque estos factores son menos influyentes que en otros países del mundo). El éxito de los vinos ecológicos y la tendencia hacia los vinos «naturales», sin insumos añadidos ni sulfitos, son dos cambios que se han producido en los últimos años.
De hecho, el mercado del vino ecológico está en auge en todo el mundo, y Norteamérica no es una excepción. En 2022, el mercado mundial del vino ecológico ya se estimaba en unos 28.500 millones de dólares, ¡y podría alcanzar los 69.000 millones en 2030!
Además, los vinos «naturales» -es decir, elaborados sin aditivos y con un mínimo de intervención- también atraen a los amantes del vino. Aunque no existe una definición reglamentaria estricta de estos vinos en Estados Unidos, la idea de un producto «lo más puro posible» atrae a los consumidores en busca de autenticidad. Los Millennials y la Generación X parecen ser los mayores aficionados a los vinos naturales, con un interés creciente entre la Generación Z, que ve en ellos los valores de salud y sostenibilidad que ellos aprecian. Los jóvenes son los principales consumidores de vino y los más preocupados por su salud y el medio ambiente.
Más allá de los vinos considerados «mejores para el medio ambiente», la cuestión del consumo moderado de alcohol es otro aspecto del cambio de preferencias. El movimiento «low & no alcohol» se está extendiendo al sector del vino, impulsado por el fenómeno «beber más conscientemente». Como resultado, están apareciendo en el mercado vinos sin alcohol de mejor calidad que antes.
Tendencias e innovaciones de marketing en el sector vinícola estadounidense
Ante estos cambios en el consumo y el aumento de la competencia, la industria vinícola estadounidense está innovando en sus prácticas comerciales. Experiencia en línea, e-commerce, envases ecológicos, marketing, nuevos modelos de distribución, etc. De hecho, el marketing del vino en Estados Unidos, como en el resto del mundo, se está reinventando. El objetivo es atraer a una nueva generación de consumidores y mantener el vino como una opción de bebida entre todas las opciones del mercado de las bebidas.
La digitalización y el auge del e-commerce del vino
En los últimos años, la transformación digital del sector se ha acelerado. Por un lado, las ventas de vino en línea han explotado gracias a la creciente apertura y accesibilidad de las plataformas de e-commerce, en particular como resultado de la pandemia, que acostumbró a los consumidores a pedir sus botellas en línea. Entre 2019 y 2024, la cuota de mercado de las compras en línea aumentó de alrededor del 1% al 7% de todas las compras de alcohol.
Antes mal visto, el DTC (ventas a través de clubes de vino, sitios web de bodegas, etc.) se ha convertido en un pilar financiero. Tanto es así que algunos productores californianos ganan más dinero con sus propios clubes que con las salas de cata.
Por ello, es esencial que las bodegas y distribuidores estadounidenses optimicen la experiencia en línea. Repensando el diseño UX y UI de los sitios web, simplificando el pago, digitalizando los programas de fidelización y desarrollando aplicaciones móviles, las bodegas pueden llegar a un público nacional más amplio.
Además, la integración de chatbots permite asesorar a los internautas como si se tratara de un sumiller virtual. De forma sencilla y rápida, los consumidores pueden obtener cualquier información que necesiten en tan solo unos clics.
Al mismo tiempo, el marketing digital se intensifica en las redes sociales y otros canales digitales. Las campañas por SMS están siendo muy populares. Varias marcas de vino han empezado a enviar promociones por mensaje a sus mejores clientes, observando que las tasas de clics y conversión por SMS son significativamente superiores a las del correo electrónico. De hecho, en el sector vinícola estadounidense, los SMS tienen una tasa de participación 35 veces superior a la del correo electrónico.
Esta impresionante eficacia impulsa a cada vez más productores a integrar los SMS en su estrategia omnicanal, velando al mismo tiempo por el cumplimiento de la normativa (consentimiento explícito del destinatario, etc.)
Por último, la presencia en las redes sociales (Instagram, Facebook, TikTok, LinkedIn, etc.) se ha convertido en algo esencial para las marcas de vino que desean dirigirse a la generación Y/Z. La digitalización del marketing del vino en todo el mundo está creando una relación más directa y personalizada con el cliente, al tiempo que abre el enorme mercado nacional estadounidense a proveedores lejanos que pueden vender en línea (a reserva de navegar por el mosaico normativo de la venta de alcohol por estado).
Envases ecológicos y nuevos formatos de consumo
La innovación no se limita a la tecnología digital: también afecta al propio producto y, en particular, a su envase. El envasado sostenible es un importante ámbito de innovación en el sector vitivinícola, en el cruce de cuestiones ecológicas y prácticas. Conscientes de que la pesada botella de vidrio no siempre es óptima, productores y distribuidores exploran alternativas más ligeras y ecorresponsables, especialmente atractivas para los consumidores jóvenes.
Los vinos en lata (latas de aluminio) y Bag-in-Box (enfriadores de vino) han experimentado un fuerte crecimiento en Estados Unidos. Asociados durante mucho tiempo a los vinos de gama baja, estos formatos mejoran ahora su imagen de marca gracias a argumentos sólidos: reducción de la huella de carbono, precio atractivo por litro e idoneidad para nuevos usos (consumo sobre la marcha o en pequeñas cantidades) que resultan, por tanto, más responsables y prácticos.
Otra opción, los vinos en Vinottes (muestras de 2, 4 y 5 CL) pueden disfrutarse en cualquier lugar, gracias a su diseño de minibotella resellable y a su envase de PET irrompible y reciclable. ¡Una buena forma de consumir mejor! Las Vinottes® creadas por Vinovae están a disposición del público en general en e-tasting.com o, sin duda, en los puntos de venta o sitios de e-commerce más cercanos. Estas muestras están disponibles en todo el mundo, ¡y son un gran éxito entre los clubes de vino de Estados Unidos!
Para un público objetivo que a veces busca consumir «una sola copa» sin abrir una botella entera, la lata de 25 cl o la minibotella son opciones ideales. Además, el Bag-in-Box de 3 litros permite conservar el vino durante varias semanas una vez abierto, evitando su desperdicio, una ventaja promovida por las marcas. Desde el punto de vista ecológico, un estudio ha demostrado que un cubitainer de 3 litros reduce la huella de carbono en un 84% en comparación con el equivalente a cuatro botellas de vidrio.
Conclusión: oportunidades para los profesionales internacionales del vino
En conclusión, ¡el mercado estadounidense del vino en 2024-2025 promete ser un punto de inflexión! Los consumidores buscan vinos más ligeros, ecológicos e innovadores, y la industria se está reinventando a través de nuevas estrategias de marketing digital. Para los profesionales internacionales del vino, estas tendencias representan oportunidades que hay que aprovechar. Desde el punto de vista del producto, la tendencia hacia los vinos blancos, rosados, espumosos y ecológicos significa que en Estados Unidos hay una mayor demanda de estas categorías, una oportunidad para que los productores extranjeros especializados en estos tipos de vino conquisten nuevos mercados. Por ejemplo, un exportador de vino ecológico del sur de Francia o un productor italiano de Prosecco pueden encontrar un público receptivo en Estados Unidos, ansioso por probar algo nuevo. Sin embargo, hay que tener cuidado con los nuevos impuestos que pueden dificultar la exportación.
Desde el punto de vista del marketing, las innovaciones aplicadas en Estados Unidos son similares a las de otros países desarrollados: invertir en canales digitales, contar una historia de marca sólida, adoptar productos no contaminantes y pensar ante todo en la experiencia del cliente. Si quieres destacar en Estados Unidos, tendrás que tener una fuerte presencia online (sitio de e-commerce, redes sociales, etc.) y adaptar tu mensaje a las inquietudes locales (salud, medio ambiente, etc.).